La Nueva España - Ana Lena Rivera

“El género negro explora las emociones más básicas”

“Me interesan las peripecias de la vida que pueden convertir a una persona corriente en un criminal”

Un suicidio, la sospecha de un fraude en internet y una inspectora que ha visto morir a su hijo de tres años; todo ello en Oviedo como escenario. Esos son algunos de los ingredientes con los que la asturiana Ana Lena Rivera ha cocinado la novela “Lo que callan los muertos”, con la que ha ganado la última edición del premio Torrente Ballester de novela.

– ¿Primera novela?

-Lo es, e inicia una serie de intriga protagonizada por una investigadora de fraudes financieros, Gracia San Sebastián. La segunda novela de la serie, “Un asesino se esconde en tu sombra” ya está lista y la tercera en fase inicial. Estoy feliz con la acogida que está teniendo “Lo que callan los muertos”: en mayo fue nominada al premio “Fernando Lara”, y ahora se lleva el “Torrente Ballester”. Es un sueño.

– Es una novela policíaca con varias tramas.

– En la novela se entremezclan dos hechos diferentes, el suicidio de una vecina, que se tira al patio con una nota prendida en la falda dirigida al portero, con el caso que Gracia San Sebastián está investigando en ese momento, el de don Marcelo Pravia, un anciano de 112 años de edad, ex militar franquista, que cobra una sustanciosa pensión de jubilación.

– ¿Qué le interesa de la novela de intriga?

– Me apasiona la intriga costumbrista, al más puro estilo clásico. En mis libros hay crímenes, asesinatos y fraudes. Lo que no hay es violencia cruda ni escenas sangrientas, más allá de lo necesario. Lo que el lector va a encontrar son esos crímenes cercanos en los que el asesino, el estafador, el sospechoso es una persona normal, que puede ser tu vecino, tu antiguo compañero de universidad o un familiar, y que incluso puede ser una buena persona. Me interesan los motivos, las emociones y las peripecias de la vida que pueden convertir a una persona corriente en un criminal.

– Lee novela policíaca, ¿a qué escritores admira?

– A día de hoy espero impaciente cada nuevo libro de José María Guelbenzu con su serie protagonizada por la juez Mariana de Marco en el norte de España, cada nueva aventura del Brunetti de Donna Leon en Venecia y siempre expectante por saber que le deparará el futuro al comisario Dupin, de Jean Luc Bannalec, en la Bretaña francesa. Y por supuesto, admiro a la gran maestra Agatha Christie que fue la que me metió las novelas policíacas en la cabeza, fueron los primeros libros de intriga que leí cuando aún era una niña, pasé de Mortadelo a Poirot y Miss Marple.

-La novela policíaca suele sacar a la luz lo más oscuro de la sociedad.

– El género negro permite explorar las emociones más básicas de las personas, los instintos que nos mueven más allá de las formas sociales. Son siempre un reflejo de la sociedad en la que están ambientadas, de sus valores, sus restricciones e incluso de la situación económica del momento. Un asesinato es un asesinato hoy y hace cinco siglos y las emociones que llevan al asesino a matar son las mismas, pero los motivos y la forma son el reflejo de la sociedad en la que ocurre.

“Un profesional que puede trabajar y atender a su familia es una persona motivada, y ése es el mayor activo de cualquier empresa”. Ana Lena Rivera

– Dejó su trabajo como directiva de una multinacional para cuidar a su hijo y escribir, ¿tan inhóspito es el mundo laboral para las mujeres?

– A mí me llegó el momento de ir a por mi sueño, de dedicarme a mi pasión. Tenía la oportunidad y me lancé. Coincidió con el nacimiento de mi hijo Álex porque fue un embarazo de alto riesgo y como no podía salir de casa, empecé a escribir. La literatura me enganchó y ya no pude parar. Quería dedicarme a esto, ya estaba lanzada y aposté por ello. Después de 19 años trabajando en el sector de los recursos humanos puedo decirte que la conciliación laboral y familiar es la gran asignatura pendiente del mercado de trabajo español, que afecta a mujeres y a hombres, aunque impacta más en la carrera profesional de las mujeres. Se han hecho muchos avances en las últimas décadas y queda mucho por hacer. La buena noticia es que cada vez más, las empresas se están convenciendo de que facilitar la conciliación a las personas es bueno para todos. Un profesional que puede tener una carrera profesional y a la vez disfrutar y atender a su familia es una persona motivada y feliz, y ese es el mayor activo que tiene cualquier empresa.

– Tiene un club de lectores en internet, con los que va moldeando a la protagonista.

– El “Betareader” es una figura que, más o menos estructurada, existe siempre: todo escritor tiene alguien a quien le deja leer la novela para que le dé su opinión. Lo que yo he hecho es organizarlo en forma de club de lectura, con una estructura, unas guías y una forma unificada de transmitirme sus impresiones para que no se quede nada en el tintero. Es deformación profesional, de mi etapa como directora de Informática: en informática todo el software tiene una fase beta donde se pasa a unos usuarios elegidos para que lo prueben, y pensé en adaptarlo a la literatura. El club está formado por lectores de diferentes estilos, de distintos lugares de España, que hacen un trabajo fantástico. Su opinión es un tesoro, sus sugerencias y sus impresiones hacen que el resultado final esté más cerca de las expectativas del lector. Algunos son gente cercana, a otros no les conozco más que por email y Whatsapp. El oficio de escritor es muy solitario y es un privilegio contar con ellos.

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