El turismo literario está de moda. La oferta para recrear los escenarios de las novelas favoritas es cada vez más amplia. Desde la conocida y televisiva saga de Juego de Tronos, con la que podemos recorrer gran parte de Irlanda, Dubrovnik, Sevilla y otras localizaciones a las rutas londinenses siguiendo los pasos de Sherlock Holmes, donde se ha creado un Museo en la dirección que ocupaba su casa: Baker Street 221b, dirección que no existía cuando Conan Doyle dio vida al famoso detective.
La idea tiene éxito: esta pasada Semana Santa, el valle del Baztán, un lugar poco conocido para la mayoría hasta que Dolores Redondo lo lanzó a la fama de la mano de su detective Amaia Salazar, consiguió ocupación plena, gracias a los lectores de la ganadora del Premio Planeta.
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